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Falsa alarma de chinches de cama en Fuente Álamo

El lunes pasado fui a Torrevieja a hacer un tratamiento de cucarachas alemanas en una vivienda que presentaba un grado de infestación media. Una vez terminé, me puse de camino hacia Cartagena, ya que tenía programado realizar otro tratamiento, también contra la misma cucaracha. ¡Están por todas partes!

Mientras iba de camino, recibí una llamada desde Fuente Álamo. Al otro lado del teléfono, una mujer muy angustiada me decía que tenía “bichos pequeños, oscuros” por toda la casa. Me sorprendió bastante la desesperación con la que hablaba, sobre todo cuando me contó que incluso había intentado eliminarlos echándoles agua hirviendo, con lo peligroso y complicado que resulta. Imagínense el nivel de impotencia que sentía en ese momento.

La mujer me insistía en que estaba convencida de que eran chinches de cama. Lo que me llamó la atención desde el principio fue que no me habló en ningún momento de picaduras, algo que es el signo más común y claro cuando realmente hay chinches. Aun así, entendía perfectamente su preocupación y el estrés que una situación así puede generar en una familia. Estaba muy alterada y asustada con la idea de tener chinches en la vivienda.

El día de la inspección

El miércoles de esa misma semana, es decir, dos días después de la llamada, acudí a su casa en Fuente Álamo. Debido a los nervios que tenía la mujer, me envió mal la ubicación por WhatsApp. Eso hizo que tardara un poco más en llegar, pero en apenas diez minutos extra ya estaba en la dirección correcta.

Ella, antes de mi visita, me había enviado por WhatsApp varias fotos de los insectos que decía ver en su casa. En esas imágenes ya se podía intuir que no se trataba de chinches de cama, pero preferí esperar a revisarlo en persona para poder confirmarlo con seguridad.

Al recibirme, lo primero que hice fue escucharla pacientemente, mientras me contaba en detalle los lugares donde había visto a esos insectos durante los últimos días. Lo que me extrañó mucho fue que en ningún momento mencionara su cama como uno de esos lugares, cuando precisamente ahí es donde los chinches suelen aparecer en primer lugar.

Desvelando el misterio: ¿qué encontramos?

Le pedí un poco de calma y le sugerí que me permitiera hacer una inspección más a fondo de su habitación. Revisé el colchón, el canapé y otros rincones típicos donde los chinches dejan manchas oscuras de excrementos. Sin embargo, no encontré absolutamente nada que me indicara la presencia de esa plaga.

Ella, a pesar de esto, seguía repitiendo que estaba segura de que eran chinches. Luego, durante la conversación, mencionó algo clave: había visto también los insectos en la cocina. Esto reforzó mi sospecha de que no podían ser chinches, ya que es muy poco habitual que aparezcan en esa zona de la casa. En cambio, sí es más típico de otros insectos, como por ejemplo la cucaracha alemana.

Con linterna en mano, revisé los armarios de la cocina, sobre todo debajo del fregadero, que suele ser uno de los escondites favoritos de la cucaracha alemana. Pero una vez más no hallé rastro alguno de cucarachas.

La búsqueda continuó por toda la casa. Finalmente, y tras revisar varias estancias, conseguimos dar con uno de los insectos en un armario empotrado situado en el pasillo.

Escarabajo de la madera
Escarabajo de la madera

Se lo enseñé directamente y le expliqué con claridad que aquel insecto no era un chinche de cama ni se parecía en lo más mínimo. Para tranquilizarla más, incluso le mostré una comparación visual con imágenes de chinches y huevos en un colchón.

Chinches de cama y huevos encontrados en un colchón
Chinches de cama y huevos encontrados en un colchón

No eran chinches, eran escarabajos de la madera

En ese momento vi claramente en su rostro una mezcla de alivio y asombro. Después de tantos días de tensión, asumió que, en realidad, se trataba de escarabajos de la madera, y no de chinches. Lo bueno de esta noticia es que estos insectos no son perjudiciales para el ser humano.

Probablemente habrían llegado a la vivienda dentro de alguna bolsa de fruta de verano o a través de frutos secos, ya que es relativamente común que se introduzcan en los hogares de esa manera.

Pude notar cómo se le quitaba un peso de encima, aunque también vi en ella el agotamiento emocional que había acumulado. Me confesó que, del miedo y de la ansiedad, llevaba varios días durmiendo fuera de casa para evitar estar en contacto con los insectos.

A continuación, le recomendé realizar un tratamiento con laca insecticida aplicado en todos los muebles y cajoneras de la casa, incluyendo también el marco de las puertas. Esto serviría tanto para eliminar a los insectos presentes como para reforzar la protección en caso de nuevas apariciones.

Tratamiento térmico contra chinches de cama

¿Tienes dudas?

Lo más importante que muestra esta experiencia real es que: La identificación correcta de la plaga es fundamental, ya que evita ansiedad, pérdidas de tiempo y gastos innecesarios.

Si alguna vez encuentras insectos extraños en tu casa y no sabes qué son, no dejes que la preocupación te robe la paz. Contacta con Control de Plagas Levante y realizaremos una inspección profesional para diagnosticar con precisión el problema y ofrecerte el tratamiento más adecuado.

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